Ahora sí. No voy a ponerme a escribir todo lo que pasó desde la última entrada, porque es mucho. Pasaron cosas buenas y malas. Pero ahora sólo hay una que me da vueltas en la cabeza todo el día: él.
La verdad había dado el tema por superado. Ya no lo registraba, estaba enojada con él por todo lo que había pasado entre nosotros (es largo, prefiero no especificar).
No voy a mentir, lo extrañaba mucho. Pero me había limitado a pensar en lo mal que me hacía, entonces tenía un no muy duradero efecto de olvido.
Aguanté, aguanté mucho. Hasta que en un momento me di cuenta de que en realidad no había superado nada.
En ese momento yo creía que me odiaba. No sé por qué había deducido eso, pero estaba totalmente segura. Después de haberme asegurado de que era mentira, le hablé.
Me pidió perdón, hablamos bastante y me dijo un montón de cosas (entre ellas que era re importante para él, y que me quería muchísimo, y que quería que fuéramos amigos) hasta que nos despedimos.
Al otro día me llamó. Hablamos tres horas y media. Y ahí fue cuando me empecé a confundir de nuevo. Todo iba bien hasta que él dijo que me extrañaba y me dedicó una canción que me dejó pensando.. Esa noche cuando nos despedimos yo le dije chau. Y él me dijo te amo.
La realidad es que yo también lo amo. Pero no se lo quiero decir, no quiero volver a caer. Porque sé exactamente lo que él busca. Él quiere chapar un par de veces más y después olvidarse de que existo.
Y la verdad es que lo mío va más allá que eso. A mi me encantaría estar con él en serio, que pudiera mirarlo y decir "ese es mi novio". Pero lamentablemente él no está listo para algo así, y menos en la situación en la que estoy. Convengamos que a 3000 Km. de distancia estar en una relación es muy difícil.
Es así, lo extraño. Pero lo mejor sería olvidarme de él, por lo menos hasta que viaje a Ushuaia (en veinte días). Voy a disfrutar de mis vacaciones y de mi casa nueva, y cuando llegue el momento veré que hago. Por ahora, las cosas son así y así se van a quedar.